Cativa

Cativa

Cativa Os escribo para compartir con vosotros mi primera experiencia como adoptante. Yo nunca me había planteado adoptar un perro aunque sí que es cierto que de pequeñita me había encaprichado alguna que otra vez con el tema. Todo empezó a raíz de una mala racha, mi padre enfermó y yo me sentía triste y sin ganas de nada. Ante lo difícil que me resultaba la situación un día me vino a la mente la idea de que a lo mejor tener un pequeño compañero fiel e inocente me podría ayudar a pensar en otra cosa y me supondría la obligación de salir de casa. Tras mucho pensarlo, mi pareja me sorprendió un día llevándome al refugio y dándome su aprobación para llevarnos a un pequeñín a casa. Y allí estaba Cativa, mirándome con sus ojitos tristes pidiéndome a gritos que me la llevase. La sacaron del canil, ella se abalanzó sobre mí y me robó el corazón. Desde aquel día mi pequeña es la alegría de la casa, no pasa un sólo día que no esté agradecida por tenerla. Hay quien dice que hice un buen acto por haberla sacado del refugio, yo siempre contesto que fue ella la que me salvó a mí.